Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

La tarde de ayer se vivía como una ansiosa jornada. Aún no eran las 17 horas, alrededor del Teatro Caupolicán se enroscaba la fila de fanáticos del rock y metal progresivo. Era que no, el cartel estaba de miedo y nadie quería perdérselo. Soen, Alcest y Tesseract eran los platos internacionales. Mourners Lament y Desire of Pain serían los encargados de representar a nuestro país.

Desire of Pain

18 horas en punto y un bombo retumbó a toda potencia. Las caras se voltearon hacia el escenario, las luces se apagaron y se hizo el silencio. Desire of Pain salió a escena y la primera fila que ya estaba repleta levantó los brazos y esto comenzó. Desde el primer segundo, el festival se lució con el sonido y la organización, algo que se agradece y Desire of Pain fue un ejemplo de esto. Se veían cómodos y sonaron como un cañonazo. La banda hizo gala de su sonido que viaja entre el death metal, el thrash metal y el metalcore. Y definitivamente el quinteto no se guardó nada. 

Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

Mourners Lament 

Pocos minutos después del fin del show de Desire of Pain la banda black metal Mourners Lament se posó en el escenario del recinto de San Diego. Inmediatamente se notó la oscuridad de las composiciones de la banda nacional. Que con una tremenda calidad cautivó a los asistentes que poco a poco iban llenando la cancha del teatro y que se abrazaron al sonido más doom y a los cantos guturales, convirtiendo la presentación de la banda en un sabroso entremés de lo que se venía. Definitivamente el nivel de los números elegidos para esta jornada se convirtió en una carretera que nos llevó por distintos momentos del metal y sus variantes progresivas más cargadas a la oscuridad.

Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

Tesseract

La banda inglesa ya nos había deslumbrado con su sonido el miércoles en el Club Chocolate. Sin embargo, fueron el primer plato internacional y dejaron en claro que no había plato fuerte y que la jornada sería una noche de gula y agasajo. 

Con un repertorio que recorrió la historia  de la banda (“Of Matters y sus movimientos Proxy”, “Retrospect” y “Resist”. “Dystopia”, “Smile”, “The Arrow”, “Concealing Fate”, sus partes 1, 2 y 3. “Natural Disaster”, “King”, “Of Mind – Nocturne” y finalmente “Juno”. El quinteto compuesto por Daniel Tompkins en la voz (quien también formó parte de la banda en el pasado y demostró que está de vuelta en gloria y majestad). Acle Kahney en la guitarra, James Monteith en la otra guitarra,  Amos Williams en el bajo y Jay Postones en la batería, realmente dio una clase del sonido actual, todo el mundo quedó prendido y preparados para lo que se venía.

Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

 

Alcest

Los franceses pisaron el escenario y los fanáticos se desbordaron en emociones. Conectados con la mágica atmósfera del universo creado por Neige, quién nos transportó canción tras canción hacia el lado más íntimo del post black metal y post metal, himnos que los asistentes del Teatro Caupolicán entonaron a todo pulmón convirtiéndose en la presentación más cercana de la jornada. 

Les Jardins de Minuit”, “Protection”, “Écailles de lune – Part 2”, ”Sapphire”, “Percées de Lumière”, “Sur l’océan couleur de fer”, “Souvenirs d’un autre monde”, “Oiseaux de proie”, “Autre Temps”, “Kodama” y “Délivrance”, once piezas que crearon el universo sonoro del cuarteto conformado por Neige en voz y guitarra, Winterhalter en la batería, Zero en la otra guitarra y coros y finalmente Indra en el bajo. Notable Alcest.

Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

 

Soen

Los suecos eran el plato de cierre y sabían que sólo su música era el adorno que necesitaban para convencer a los asistentes. Y así fue, desde el minuto uno la cancha saltó con ellos y les abrazó en cada coro cantando y riendo ante la simpatía de Joel Ekelöf, vocalista que desde el 2010 acompaña a Martín López en el viaje sonoro del rock y el metal progresivo. 

Monarch”, “Deceiver”, “Lunacy”, “Martyrs”, “Savia”, “Lucidity”, “Modesty”, “Antagonist”, “Illusion”, “Lascivious” y “Lotus”. Con un repertorio que corrió a la velocidad de la luz, el quinteto dejó con gusto a poco, pero dejando claro que el metal progresivo tiene público en nuestro país y que sus fanáticos tienen de las mejores disposiciones del continente para recibir, agradecer y entregarse de tal forma que esperamos ver a este trío de bandas de la primera división de la música mundial volver pronto a nuestras tierras.

Fotografía por Miguel Fuentes Olivares (@miguelfuenteso)

Como cierre nos gustaría agradecer que en Chile se desarrollen festivales con este nivel de sonido y puntualidad. Enriquecen la experiencia y definitivamente si es que hay una nueva versión del festival, nos anotamos desde el comienzo como es la costumbre para contarte cómo estuvo y qué pasó.

¡Hasta la próxima!



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