“Feliz de Perder”: el inesperable comienzo de una nueva escena
Durante la primera mitad de los 90’s, los ojos de la industria musical estaban puestos directamente en Seattle y en todas las agrupaciones que buscaban conseguir un sonido semejante a las bandas de aquella ciudad emblemática para el sonido grunge.
Definir el grunge no es simple, ya que dependiendo de la banda encontramos hard rock, punk rock, noise rock o hasta heavy metal, todo en el marco del rock alternativo. Sin embargo, por alguna razón, no es difícil reconocer a las bandas que dan en el clavo con el género, o al menos se ven influenciados por él.
Guitarras distorsionadas, voces desgarradas, melodías envueltas por una oscuridad rabiosa y melancólica: todos son motivos comunes que podemos escuchar en muchos de los lanzamientos de este género a principios de los noventas.
Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains son algunas de las bandas que lograron exportar su música a cada rincón del planeta. Así es como este movimiento comenzó a crecer y crecer, influyendo también las escenas de cada país que acogía estos sonidos.
Claramente que Chile no fue la excepción, generando una fanaticada que, varios años más tarde, llenarían cada espacio en que estas bandas tocaron por estos lados.
No fueron pocos quienes decidieron incursionar en el sonido del momento desde el sur del mundo. Lo interesante es que, al parecer, el primer registro de esta historia no fue totalmente voluntario.
Por muchos es conocida la historia de Los Tres y el productor Mario Breuer. La banda venía haciendo bastante ruido con su debut del 91’, por lo que logran firmar con Sony Music al año siguiente, quienes les asignan al productor trasandino para trabajar en su segundo disco.
Álvaro Henríquez reconoce que buscaba hacer “un disco que sonara a AC/DC”, pero las influencias que traía Breuer, más interesado en los sonidos contemporáneos, los direccionó hacia una sonoridad más cercana al grunge.
Así es como surgió “Se remata el siglo” en 1993, el segundo disco de la banda, del cual Henríquez siempre ha declarado estar disconforme. A pesar de esto, acá hay dos joyas, probablemente las primeras canciones publicadas dentro del género, como el clásico “No sabes que desperdicio tengo en el alma”, o el pearljamero “Feliz de perder”.
Lamentablemente, no es fácil encontrar datos concretos de músicos que hayan incursionado previamente en este sonido. Lo que sí sabemos es que, las primeras bandas conocidas, se formaron el mismo año que el mencionado lanzamiento de Los Tres. Acá es cuando se formaría una escena que daría sus primeros pasos y que abordaremos en la siguiente parte de esta historia.
Y ojo, que al final de esta serie de artículos, se vendrá una playlist que contiene a todas las bandas que se irán mencionando.